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I Jornada SEMPAL para Residentes patrocinada por la Fundación ICOMEM y la Fundación Carlos Sunyer

El encuentro, celebrado el 26 de enero de 2024, reunió a un centenar de profesionales de toda España, despertó un enorme interés entre los futuros especialistas sanitarios y sirvió para entrenar la mirada paliativa necesaria para complementar su labor asistencial.

La I Jornada SEMPAL para Residentes ‘Medicina Paliativa: un enfoque imprescindible’ tuvo lugar el 26 de enero de 2024.


El Dr. Alberto Alonso dio los primeros titulares: 3 de cada 4 personas van a morir tras una larga enfermedad, la medicina sintomática se desarrolla a destiempo de lo que necesitamos. Reflexionamos sobre la paradoja que se produce entre lo que querría el médico “para sí mismo” y lo que ofrece al paciente, y también sobre el concepto de supervivencia como parámetro de éxito en la Medicina.


En algún punto de la historia, se nos olvidó que cuidar sí que era un objetivo de la Medicina. Sabemos que los cuidados paliativos precoces son eficientes y ahorran sufrimiento, pero no los implementamos adecuadamente pese a la evidencia científica de que cuando existen estos equipos, disminuye la hospitalización, hay menos procedimientos invasivos y mejora la calidad de vida en los procesos de enfermedad avanzada y al final de la vida, una etapa que todavía concentra el 50 % del gasto sanitario.


En este proceso necesario hacia una verdadera medicina personalizada, donde es clave la coordinación entre los equipos domiciliarios, las unidades de media estancia y los servicios hospitalarios, el Dr. Alonso destacó el reciente consenso de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre los cuidados paliativos vistos como “una atención integral activa de personas de todas las edades con sufrimiento severo debido a enfermedades graves, y especialmente aquellos que se acercan al final de la vida, con el objetivo de mejorar el bienestar de los pacientes, sus familias y sus cuidadores”. “Es una responsabilidad de todos, pero los gobiernos no responden adecuadamente”, denunció. 

LA IMPORTANCIA DE COMUNICAR BIEN
En la segunda ponencia, “Herramientas básicas de comunicación”, quedó demostrado que en las facultades de Medicina no enseñan a comunicar.

Javier Barbero y Helena García-Llana, al hablar sobre la profesionalidad de los médicos, indicaron que “no debemos avergonzarnos de mostrar nuestra propia humanidad, de desnudarnos delante de nuestros pacientes, ni tampoco de no saber qué decir en algunas ocasiones”. Mostrar nuestra humanidad nos acerca al que sufre. 

También remarcó otra cuestión: “El fin es la persona, la información es un medio”. En ocasiones, da la sensación de que el mal médico es el que no informa… Pero olvidamos que hacerlo de forma inadecuada puede ser muy deletéreo para los pacientes y familias. Informar a toda costa, no. 

Helena García-Llana aseguró que las herramientas de información se pueden adquirir. “Los problemas de comunicación son percibidos por muchos profesionales sanitarios como los más importantes en el trato con los pacientes al final de la vida. Es difícil decir a un paciente que se encuentra delante de un mal pronóstico de enfermedad. Condenado si lo haces, condenado si no lo haces”, dijo.

Formamos a profesionales de la salud en la dinámica de curar a los pacientes y cuando aparece la muerte, se percibe como un fracaso. Ambos ponentes transmitieron que “hay poco o nada que perder iniciando conversaciones sobre el final de la vida y, sin embargo, mucho que perder cuando se evitan”. 

“No se trata de ´informar a´, sino de ´comunicarse con´ en el contexto de una relación de confianza. Aunque la comunicación puede ser dolorosa, la incomunicación lo es mucho más”, añadieron.

En la tercera ponencia, sobre cómo “identificar las necesidades paliativas en diferentes fases”, los doctores Carlos Centeno Cortés, director del Servicio de Medicina Paliativa de la Clínica Universidad de Navarra, y María González Ascarza, del Equipo de Soporte de Cuidados Paliativos de Mérida, Badajoz, dieron las claves para saber en qué momento hay que contactar con un equipo especializado y quiénes son los profesionales indicados para la atención paliativa.

Expusieron diferentes situaciones clínicas e interpelaron a los asistentes sobre cómo resolverlas, tanto en el caso de enfermos oncológicos como en aquellos con enfermedad crónica avanzada, incidiendo también en su diferente manejo clínico. Se trató de que una vez resueltas las preguntas de los participantes y los casos expuestos, todos compartan unos mismos principios y los integren en su propia mirada paliativa hacia los pacientes.

CUIDADOS PALIATIVOS: MEDICINA
El Dr. Centeno dejó varias reflexiones. La que desde mi punto de vista entraña una mayor belleza es la siguiente: “¿Qué son los cuidados paliativos?”, preguntó. Y respondió: “Medicina”.

Los cuidados paliativos no son otra cosa que hacer medicina. ¿Qué es lo más valioso en cuidados paliativos?: acompañamiento, dignidad y compasión. 

“Los paliativos, cuanto más tarde, peor. Siempre van a sumar. Pero somos los sanitarios los primeros que tenemos que superar la visión negativa que acompaña a esta disciplina, para que nuestra mirada sea paliativa. 

La Dra. González Ascarza nos animó a parar, a reflexionar y a no ser “autómatas” de la medicina. 

También se abordó el tratamiento de los síntomas. Los doctores Joaquim Julià i Torras, jefe del Servicio de Cuidados Paliativos del Institut Català d’Oncologia (ICO), y María Nabal Vicuña, directora médica del equipo de Soporte de Cuidados Paliativos del Hospital Universitario Arnau de Vilanova de Lleida, ofrecieron herramientas para la detección, evaluación y tratamiento de los síntomas más prevalentes en pacientes con enfermedades avanzadas, como la anorexia, la disnea, el delirium y el dolor. Todo ello desde una perspectiva multidimensional y combinando las bases teóricas con casos clínicos, lo que favoreció la interacción con los residentes y la consolidación de conocimientos.

Para afrontar el proceso de final de la vida es importante sensibilizar a los MIR sobre la importancia de trabajar la planificación compartida de la atención (PCA) como una herramienta que permita tomar decisiones junto con los pacientes, tanto durante el proceso de enfermedad como en momentos de posible incapacidad, tal y como explicaron Cristina Lasmarías Martínez, enfermera especialista en Paliativos de la dirección asistencial corporativa del Institut Català d’Oncologia, y Nuria Pérez de Lucas, facultativa de Cuidados Paliativos en el SERMAS.

Quedó claro que es importante explorar la realidad de nuestros pacientes, que no deja de ser una forma de empatizar y una buena forma de planificar.

No olvidemos la frase de Begoña Román: “Que la enfermedad nos pille pensados”. Y tampoco que existe el “encarnizamiento paliativo”, como resaltó el Dr. Borque en el turno de preguntas. De ahí la necesidad de explorar lo que quiere la persona enferma y lo que no, algo que es válido para aplicar en las herramientas de comunicación como en la planificación, que no deja de ser un proceso continuo.

LA IMPORTANCIA DEL TRABAJO SOCIAL
Alejandro González Peña, trabajador social en la Unidad de Cuidados Paliativos Pediátricos de la Comunidad de Madrid, puso en valor la importancia de estos profesionales sanitarios en el equipo interdisciplinar que se requiere en la atención al final de la vida. “El trabajo social debe estar desde el principio de la intervención (acogida, primera visita, etc.) para crear una relación de confianza y ayuda con el paciente, para así complementar la valoración del paliativista con el diagnóstico social”, explicó.

Es fundamental tener una visión de todos los factores que afectan a la enfermedad, como la dinámica familiar, laboral y económica, que sin duda pueden influir en los tratamientos y adhesión terapéutica. “También hay que estar presentes en el final de vida para apoyar a la familia en el duelo y en los trámites funerarios, respetando siempre sus creencias y valores. Es importante que las familias que han perdido a un ser querido no se sientan desamparadas y puedan despedirse dignamente sin tener que preocuparse de las luchas burocráticas que supone gestionar un sepelio”, añadió.

Se destacó que la familia es el lugar idóneo para respetar la dignidad del paciente y que debemos evaluar cómo llegan las familias a cuidados paliativos. El trabajador social es un puente imprescindible para mejorar aspectos psicosociales, legales, económicos, etc.

Existe el “counselling social”, indispensable para establecer la organización, estructura y red de apoyo. 

Para finalizar, el Dr. Javier Rocafort, de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital San Juan de Dios de Pamplona, impartió una clase sobre los cuidados y problemas del fin de vida. Entre ellos destacó la identificación de la proximidad de la muerte, la futilidad de algunos tratamientos, la necesidad o no de oxigenoterapia o hidratación, el manejo de complicaciones frecuentes, como las secreciones o el síndrome confusional, el uso de medicación adecuada y, finalmente, todo lo relacionado con la sedación paliativa.

Habló también de la necesidad de que el paciente sedado no sea abandonado, y recordó que debemos evaluar sistemáticamente la correcta situación del enfermo, algo de vital importancia para que el final acontezca como corresponde. 

Este encuentro, que reunió a un centenar de profesionales de toda España, despertó un enorme interés entre los futuros especialistas sanitarios y sirvió para entrenar la mirada paliativa necesaria para complementar su labor asistencial.

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